Hoy tocaba jugar con algunos de los juguetes que los Reyes nos dejaron. Quisimos traerlos al aula y jugar un ratito con ellos.
El juego compartido es enriquecedor, permite disfrutarlo con los demás y, si encima no es competitivo,(no jugamos para ganar, y por tanto no hay perdedores), no hay sensación de derrota. Son divertidos para todos. Con ellos aprendemos a confiar en los demás, a tener un sentido de unidad y a compartir el éxito.
Es por eso que hoy hemos disfrutado mucho de este momento, porque conocimos otros juegos, aprendimos a jugar con ellos y sobre todo los compartimos con nuestros compañeros.
1 comentario:
Que bonito sería poder ver a todos los niños del mundo tan felices como lo están los nuestros,verlos con tanta ilusión compartiendo sus nuevos juguetes y llenos de felicidad.Gracias por compartir esos momentos con nosotros.
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